Cuídese de mostrar sus habilidades.

A la hora del café, hoy he mantenido una conversación cuanto menos curiosa, de la que he podido sacar algunas reflexiones que me gustaría compartir con ustedes.

Déjenme que les explique.

He coincidido con un señor que se estaba lamentando de haber tenido que cortar sus vacaciones en agosto hasta en tres veces para acudir al trabajo, pero en dos ocasiones lo habían llamado para que solucionara cuestiones que, según él, no eran de su competencia.

Al ver cómo se me quedaba la cara de pasmado, me ha explicado que cómo desde siempre le han apasionado los ordenadores y todo el mundo que rodea la informática, cada vez que en el trabajo necesitan algo al respecto, o tienen dudas, le piden a él que lo solucione, y no a una empresa especializada. Y como él siempre ha pecado de ser un bonachón, pues ha venido accediendo. Pero eso no es lo malo, que todavía es peor, que sin saber muy bien cómo, se ha convertido en el responsable de informática de su empresa, con cargo de boquilla pero sin sueldo, y en el tontico (palabras propias de este hombre) a quien también llaman sus compañeros para que les solucione sus problemas de informática doméstica cuando lo requieren, sin importar el día de la semana y en cualquier horario. Con todo lo que he ello conlleva. Sigue leyendo «Cuídese de mostrar sus habilidades.»

Ciudadanía responsable.

No sé ustedes, pero a veces yo tengo la impresión de que este mundo funciona muy mal, o es que yo no acabo de entenderlo.

Dejen que me explique: nos dicen que no hay dinero para mejorar la educación ni para la investigación científica, que la sanidad pública es insostenible, que para seguir el ritmo de crecimiento económico no podemos evitar contaminar nuestro planeta, que debemos mantener un gasto militar enorme, que la Administración de Justicia no puede ser más ágil, que debemos renunciar a una parte de nuestras libertades para tener más seguridad, que no se puede acabar con las drogas ni erradicar la pobreza ni el hambre en el mundo,… y un montón de cosas más. Y parece que nosotros nos lo creemos, por lo menos nos resignamos a creerlo. Sigue leyendo «Ciudadanía responsable.»