Reconozco como una característica común al final de todas las civilizaciones humanas que nos han precedido la falta de cohesión territorial, las furibundas crisis económicas y conflictos sociales (además de los políticos), los desencuentros continuos entre líderes cuyos intereses están más dirigidos hacia su persona que hacia el bien común general, la opresión de otros pueblos que acaban rebelándose, el férreo control de los medios de difusión de cada época y su utilización partidista, sus relaciones del hombre con el medio, con el medio ambiente…
Y así trato de explicarme a mí mismo acontecimientos históricos como el nacimiento y la caída del Antiguo Egipto o del Imperio romano, la Reconquista cristiana, el desarrollo de la Edad Media en Europa, el ascenso del fascismo en Europa (y sus consecuencias), la colonización… Y hasta determinados aspectos la Guerra Civil española.
Sé que no es una forma científica de hacerlo, pero esa visión me ayuda a contextualizar cómo vivían los habitantes y sus dirigentes, cómo era su día a día, qué tipo de adversidades sufrían (peste, invasiones, hambrunas…), cómo era su economía, sus preocupaciones…
Sigue leyendo «SOCIEDADES ENFERMAS»