El síndrome de Salomón.

El denominado síndrome o complejo de Salomón debe su nombre al psicólogo estadounidense Salomon Asch quien, a través de un estudio sobre la conducta humana, determinó que el individuo, en nuestra sociedad, vive condicionado por la opinión y las actuaciones de los demás. Es decir, que las personas no hacemos lo que queremos ni decimos lo que pensamos en muchas ocasiones por temor a que los demás nos consideren «raros”, se rían de nosotros, nos sintamos incomprendidos y/o ridiculizados, nos excluyan de sus círculos sociales, nos tachen de ser esto o lo otro, etc… Y todo ello aunque suponga no sacarle partido a todo el potencial que llevamos dentro, a nuestras habilidades, destrezas, capacidades y aptitudes…

En nuestro desarrollo personal y profesional, se entiende que alguien padece el síndrome de Salomon cuando toma decisiones o adopta comportamientos movido por el deseo de evitar sobresalir, destacar o brillar en un ámbito (familiar, laboral, social, etc); así como cuando nos obligamos a aceptar y seguir el camino marcado socialmente por la mayoría para no llamar la atención. Es decir, nos dejamos llevar por el corsé de lo socialmente establecido y aceptado (hay que salir de viaje en verano, hay que cambiar el coche por uno nuevo…), aunque a veces eso conlleve su anulación como personas, la ruina económica, o no sentirse completamente desarrollado como persona o como profesional.

Me permito recordarles que muchos de los grandes descubrimientos de la ciencia y de los avances de la humanidad han sido debidos a personas que no se han conformado con lo científica y socialmente admitido, y que han luchado por esclarecer la verdad o alcanzar metas científicas antes impensables, saltándose lo socialmente aceptado como válido en el momento histórico en el que vivieron. Piensen, si no, en Cristóbal Colón, en Galileo Galilei, en Copérnico, en Isaac Peral, en Einstein, en los científicos que descubren vacunas y curas de enfermedades, en los inventores del motor, de la bombilla, y en un largo etcétera. A algunos, además de incomprensión, salirse de lo establecido -o contrariar a los que ejercían el poder político o religioso- les costó la vida o fueron perseguidos y difamados por ello.

Todo ello dice mucho y malo del mundo en que vivimos, de una sociedad donde se aprecia la carencia de autoestima en determinados ámbitos, de los temores con que actuamos y de ausencia de confianza en nosotros mismos, en general; además de la necesidad de reconocimiento social del género humano (véase la pirámide de Maslow). Y está íntimamente ligado con otra sombra de la condición humana: la envidia.

Pues bien, conforme vamos cumpliendo años vamos aprendiendo (o más nos vale que lo hagamos) que cada cual es como es, que difícilmente puede cambiar algunas cosas de nuestra personalidad con las que debemos convivir, y que debemos comportarnos como somos, no como la sociedad nos «impone»; aunque siempre dentro de unos límites de convivencia. Y que debería importarnos un pimiento lo que piensen los demás sobre nosotros, siempre que no hagamos mal a nadie, y desde el respeto y la tolerancia. Eso, y que debería alegrarme por las alegrías ajenas, y no de sus penas y tropiezos.

Para eso mi recomendación es que, desde el ámbito familiar y educativo, desde pequeños se ponga énfasis en cultivar la AUTOESTIMA en nuestros hijos, alentarlos a que se muestren como son, a que tengan CONFIANZA en ellos mismos, a ayudarles en la comprensión real del mundo que nos rodea, implicarles en la toma de decisiones que les atañen en todos los niveles (de su personalidad, formación, familia, de identidad de género, culturales, amistades potencialmente peligrosas, etc…). En definitiva, para que ellos sean partícipes de su futuro, conscientes de que se pueden equivocar.

Si quieren más información sobre el síndrome de Salomón, en qué consistió el estudio que dio pie a su teoría y demás, solo tienen que teclear en Google el nombre completo, y la tendrán.

Gracias por leerme.

JF Rives.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s