Cuídese de mostrar sus habilidades.

A la hora del café, hoy he mantenido una conversación cuanto menos curiosa, de la que he podido sacar algunas reflexiones que me gustaría compartir con ustedes.

Déjenme que les explique.

He coincidido con un señor que se estaba lamentando de haber tenido que cortar sus vacaciones en agosto hasta en tres veces para acudir al trabajo, pero en dos ocasiones lo habían llamado para que solucionara cuestiones que, según él, no eran de su competencia.

Al ver cómo se me quedaba la cara de pasmado, me ha explicado que cómo desde siempre le han apasionado los ordenadores y todo el mundo que rodea la informática, cada vez que en el trabajo necesitan algo al respecto, o tienen dudas, le piden a él que lo solucione, y no a una empresa especializada. Y como él siempre ha pecado de ser un bonachón, pues ha venido accediendo. Pero eso no es lo malo, que todavía es peor, que sin saber muy bien cómo, se ha convertido en el responsable de informática de su empresa, con cargo de boquilla pero sin sueldo, y en el tontico (palabras propias de este hombre) a quien también llaman sus compañeros para que les solucione sus problemas de informática doméstica cuando lo requieren, sin importar el día de la semana y en cualquier horario. Con todo lo que he ello conlleva.

De la misma manera, me comentaba que la segunda vez que tuvo que interrumpir las vacaciones por un asunto ajeno a él fue cuando ante la indisposición repentina de una compañera, lo llamaron para que ocupara su puesto de trabajo. Insistía en que claro, sus jefes y encargados saben perfectamente que él es voluntarioso y que no pone pegas a nada cuando lo llaman, cuando hay otros compañeros que ni cogen el trabajo o se excusan estupendamente para que no les caiga la pena. Y que, claro, él cubrió ese puesto de trabajo ese día, sin ser responsable de esas funciones, pero se lamentaba de que a él nadie le cubre cuando le toca irse de vacaciones o está enfermo.

Yo, que he aprendido a escuchar ya de mayor, lo he animado como mejor he podido. Le he dicho que él es muy buen apersona, que debería aprender a decir que no, que a veces él no ve que los demás se aprovechan y le toman el pelo, que en esas situaciones todos (mejores y peores personas) nos vemos envueltos casi a diario. Como ejemplos le he puesto que si alguien es habilidoso haciendo declaraciones de la renta, cambiando la instalación eléctrica de la vivienda, con los idiomas, montaje de muebles,…, o se presta a hacer favores de todo tipo, quienes le rodean, ya sea en el trabajo, en la familia, en asociaciones… tratan de que se encargue y acabe responsabilizándose de esto y lo otro hasta que acaba siendo de facto una obligación más. Si no, que levante la mano quien sepa hacer rentas y no haya hecho más de diez por temporada, llegando incluso a ir delante y detrás de los interesados para que les aporte la documentación antes del último día de plazo, como si fuera su problema. Y el comentario que utilizan primero: “¿Y a ti, qué te cuesta? Si son cinco minutos” cambia por el de “¡Es tu responsabilidad!” o “¡Qué no se te olvide!” para condicionarte y mantenerte atado y callado para todos los siempre, como si de un castigo divino se tratara. Y ya la has cagado.

¿Quién no ha estado en algún colectivo y si tiene habilidades para manejar documentación, le ha caído un carguito, si se desplaza a la capital algún trámite, o si conoce a tal o cual persona que hable con él para conseguir esto o lo otro. Pues eso.

Y esto también ocurre en el ámbito laboral, donde en ocasiones quienes están contratados y cobran por realizar un trabajo buscan al tontico que les haga el trabajo, y si puede ser que el jefe siga pensando que lo hace quien debe, por eso de vender lo que no se es y lo que no se hace. Además, en ciertos ámbitos presumirán de haberle colado un gol, endiñándole la faena al tontico, y tratándolo de algo más que de tontico. Eso sí, sin perder el derecho a la remuneración, claro está. ¡Faltaría más! Y si el tontico accede, cae en una espiral-trampa de donde para salir debe nadar contracorriente con compañeros y jefes, que no darán su brazo a torcer fácilmente. A nadie le interesa empeorar su situación. ¡Esto es España! Y ya lo dice el refrán de mi amigo Manuel Ramón: En ayuntamientos y sociedades no muestres tus habilidades. ¡Qué razón tiene y cuánta verdad encierra ese refrán!

Y es que decía un conocido mío que para que hayan listico deben haber tonticos. Y este, que tan de listico se las daba, se pasó de la raya y acabó perdiéndolo todo de la manera más estúpida e inimaginable que se les pueda ocurrir. ¡Y eso que se creía muy listo! Pero, claro, se las daba de ser el más listo, hasta que encontró a personas más listicas que él; así le fue y así le va. Que no me alegro, pero me sirve de aprendizaje-lección de la vida.

En fin, me gustaría que pensaran en las personas que le rodean y que considera buenas personas, y que se detenga a reflexionar si usted las está tratando de tonticas, aprovechándose de una bondad que puede que usted no tenga, o no esté mostrando.

Como siempre, gracias por leerme.

JF Rives.

(PD: Puedes conocer más sobre mí y lo que escribo en mi blog LA HABITACIÓN DE LOS RECUERDOS: https:/lahabitaciondelosrecuerdos.com o http://www.lahabitaciondelosrecuerdos.com.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s