No sé si ustedes conocen la expresión Volcar la carretilla en el sentido que yo de ¡Se acabó! o ¡Hasta aquí hemos llegado!, resultado de una situación de hartazgo que se produce cuando una persona está más que cansada de que abusen de él y lo tomen por lo que no es, a veces por bueno y otras por tonto, pardillo,… cuando lo único que ha pretendido es ser correcto con los demás e implicarse altruistamente para que las cosas funcionen a su alrededor.
Como introducción, imagínense que en su entorno (familia, amigos, pareja, en el trabajo, colectivos a los que pertenece,…) cada vez que tienen una necesidad acudan a usted, sin importarles la hora, sus prioridades, sus otras obligaciones, ni sus motivaciones personales; y sobre todo cuando ya lo hacen como un derecho que han convertido en “tú” obligación. Y cuando, después de tiempo solventando sus “problemas” (“apagando fuegos”) les dices que esta vez no vas a poder ayudarles, por el motivo que sea, te puedes esperar cualquier fresca como “¡A ti que te cuesta!, ¡Si eso lo haces tú en cinco minutos!, ¡Para nada que te pedimos!, ¡Vaya cuento tienes!, ¡Lo venías haciendo y ahora te quieres librar!, ¡Es tú responsabilidad!, ¡Tú verás lo que haces!, ¡Se quedará sin hacer y habrá consecuencias!”, o cosas por el estilo, algunas de ellas dignas de un estudio sociológico. Y digo más, a veces te presionan sútilmente, condicionan o predisponen de mil maneras para que cumplas con esas “tus obligaciones”, según ellos. Y para colmo, encima, cuando las cosas no salen como ellos quieren la culpa siempre será tuya, y solo tuya; además de exigirte que, sea lo que sea, la lleves a cabo cuanto antes, y sucintamente añaden frases como “¡Esto es muy importante!, ¡Ojo con cometer errores! ¡A ver si se pasa el plazo!”, u otras semejantes. Sigue leyendo «Volcar la carretilla.» →
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